Durante la gestación, el médico te recetará distintos suplementos vitamínicos. Estos dependerán de los resultados que haya observado en las analíticas.
Uno de los suplementos se receta a todas las embarazadas: el ácido fólico.
El ácido fólico es la vitamina B9 y junto con otras vitaminas tiene un papel fundamental en el desarrollo del feto. Se encuentra de manera natural en muchas verduras, legumbres y cereales, pero se administra a la embarazada en forma de píldoras para asegurar un aporte suficiente.
A mí me recetaron uno llamado Acfol y me tomaba una pastilla cada mañana.
Otro suplemento muy común es el hierro. Esto es debido al aumento del flujo sanguíneo de la embarazada que llega a tener cerca de un litro más de sangre. Lógicamente el recuento de glóbulos rojos por parte es menor y es por este motivo que la mayoría de embarazadas durante el primer o último trimestre deben tomar hierro.
En mi caso, estaba rallando la anemia del embarazo y me dieron hierro ya en el primer trimestre, así que cada mañana otra pastillita.
Cuando tomas hierro, hay varias cosas que uno debe saber. La primera es que las heces se vuelven oscuras, así que cuando vayas al baño no te asustes si la caca es casi de color negro. Pero lo peor, es que la ingesta de hierro favorece el estreñimiento. Así que si una embarazada ya incrementa las posibilidades de sufrir estreñimiento, tomando hierro aún más. Así que si el médico te da hierro, toma precauciones desde ya.
Otros suplementos pueden ser calcio, yodo y vitaminas A, C, B12...
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